Es uno de los más importantes poetas peruanos del siglo XX. Activista de la vanguardia desde primera hora, fue responsable de la primera antología de poesía vanguardista latinoamericana –publicada como Índice de la nueva poesía latinoamericana en 1926–, y firmada por Borges, Huidobro y el propio Hidalgo. A pesar de que su obra poética –iniciada con una Arenga lírica al emperador de Alemania, en el que se intuyen las campanas del futurismo– enlazó libros importantes –Simplismo, Química del espíritu, Actitud de los años, Espacio-tiempo, Patria completa– su reconocimiento como voz esencial de la poesía americana se resintió debido a su faceta como polemista. Autor de libelos y recopilaciones periodísticas en las que abundaba la virulencia contra nombres importantes, Alberto Hidalgo cosechó una muchedumbre de enemigos encantados de negarle el pan y la sal. A pesar de ello, llegó a optar al Premio Nobel de Literatura en candidatura defendida por Gabriela Mistral.