Fue editada por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), y su primer número se publicó en marzo de 1995. De carácter trimestral o estacional, se presentó inicialmente como un medio para dar a conocer los distintos ámbitos donde se desarrollaba la labor de este organismo. Fue así como durante el primer año de su publicación Patrimonio Cultural dio cuenta de las distintas actividades, seminarios, conferencias y la cartelera cultural de las distintas instituciones pertenecientes a la Dibam. Asimismo puso hincapié en presentar a la comunidad las características y las funciones de las distintas secciones de la Biblioteca Nacional, establecimiento desde el cual se redactó y editó la revista. Así, el lector pudo conocer a través de sus páginas el Archivo de Música y Medios Múltiples, el Archivo del Escritor, el Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares, y espacios como la Sala Medina. En el transcurso de sus más de diez años de publicación, se sucedieron en la dirección de la revista importantes personalidades como Marta Cruz-Coke, Clara Budnik y Nivia Palma.
Desde el segundo año de edición, la revista incorporó en su contenido unidades temáticas vinculadas al estado del patrimonio cultural en Chile y el mundo, tanto en sus dimensiones tangible como inmaterial. Sobre la base de la preservación, conservación y difusión de dicho patrimonio, se presentaron interesantes artículos y columnas sobre fotografía, cine, medio ambiente, tradiciones populares y todas aquellas manifestaciones culturales que puedan ser comprendidas como una expresión de nuestra identidad. La revista fue además un espacio de difusión para algunas colecciones patrimoniales, como fue el caso de las fotografías del año 1900 registradas por Harry Olds en Valparaíso.
Por otra parte, los ejemplares de la revista también incorporaron información respecto a la discusión e instauración de legislaciones relacionadas con la defensa del patrimonio, y proyectos o instancias afines. Destacó en ese sentido: la instauración del Día del Patrimonio Cultural de Chile, el rescate patrimonial de las iglesias de Chiloé, la conservación histórica de nuestro puerto principal, y la recepción del legado de Gabriela Mistral.
La revista disminuyó sustancialmente la información institucional desde el año 2002, para transformarse casi en su totalidad en un magazine temático. Cada número estuvo referido a un tema específico vinculado a la identidad nacional: vestuario y moda, ciudad, salud, la fiesta o la cultura televisiva, fueron algunos de los contenidos desarrollados en sus páginas gracias al aporte de destacadas figuras del acontecer intelectual chileno, como Humberto Giannini, Sonia Montecinos, Fidel Sepúlveda, Raúl Zurita o Diamela Eltit, solo por nombrar algunos. Asimismo incorporó reflexiones y críticas referidas al estado del patrimonio frente a las nuevas políticas estatales, frente al avance de la tecnología y el desarrollo de la sociedad en el siglo XXI. De esta manera, el debate no estuvo ausente gracias a números con temáticas tan controvertidas como la globalización o la conservación y difusión digital de los bienes patrimoniales.
En 2010 se suspendió la edición de la revista, después de más de una década de importante labor en la difusión de nuestro patrimonio cultural y en la preservación de nuestra identidad como nación.