Recorte de prensa de la reseña "El Segundo Shakespeare", escrito por Hans Ehrmann, publicado el 27 de enero de 1992 en La Nación, página 32. El artículo reseña la presentación simultánea de dos obras de Shakespeare por el Gran Circo Teatro, destacando el contraste entre "Noche de Reyes" y "Ricardo II". Se elogia la puesta en escena de Andrés Pérez, con elementos de teatro oriental y vestuario colorido, aunque se critica la actuación desigual del elenco, especialmente en el manejo del lenguaje shakesperiano. Se enfatiza la necesidad de mejorar la dicción y la interpretación para realzar el drama en su conjunto.
Recorte de prensa del artículo "Lihn En Escena", escrito por Hans Ehrmann, publicado el 24 de enero de 1994 en La Nación, página 33. Una crítica sobre "La comedia de los bandidos" de Enrique Lihn destaca la complejidad del autor y su obra, señalando la incipiente tradición de incorporar poetas al teatro chileno. Subraya la dirección imaginativa de Aldo Parodi y el buen reparto, aunque menciona elementos que recuerdan al Teatro Circo de Ar Pérez. Finalmente, alude a la ambigüedad de la obra, donde algunos personajes no entienden nada mientras otros afirman entenderlo todo.
Recorte de prensa del artículo "Un Tarturfo Contemporáneo", escrito por Hans Ehrmann, publicado el 23 de agosto de 1994 en La Nación, página 27. El documento es una crítica de teatro sobre la obra "Tartufo" de Molière, dirigida por Héctor Noguera en el Teatro de la Universidad de Chile en 1994. La crítica destaca la adaptación de Eugenio Dittborn, la escenografía, el vestuario y la música incidental. Se mencionan las actuaciones de Jaime McManus como Tartufo, Ximena Rivas como Dorina, y otros actores. Se comenta sobre la falta de unidad de estilo en las interpretaciones, pero se resaltan algunos momentos y recursos escénicos.
Recorte de prensa del artículo "Cinco Actores, Veintiún Personajes", escrito por Hans Ehrmann, publicado el 22 de agosto de 1995 en La Nación, página 35. La adaptación teatral de "Crimen y Castigo" presenta un recurso arriesgado al emplear solo cinco actores para veintiún personajes, lo que resulta en la creación de algunos personajes esquemáticos; sin embargo, la interpretación del elenco responde al desafío cuando la obra exige mayor profundidad. La obra se enfoca en los tormentos interiores del protagonista y en la relación entre el crimen y la redención, aunque la integración de los elementos sociales y religiosos podría ser más fluida. A pesar de la calidad del montaje, se sugiere la lectura de la novela original para una experiencia más completa.