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Literatos/as

Daniel de la Vega (1892-1971)

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  • 1892-1971

Poeta, novelista, cuentista, dramaturgo y periodista, fundador de la revista Pluma y Lápiz y colaborador de los diarios La Mañana, El Mercurio y Las Últimas Noticias, entre otros. De espíritu bohemio y entrañables amistades en el medio literario, recibió tres Premios Nacionales.

Juvencio Valle (1900-1999)

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  • 1900-1999

Juvencio Valle nació como Gilberto Concha Riffo el 6 de noviembre de 1900, en Villa Almagro, un poblado a orillas del río Cautín, a una legua de Nueva Imperial. Allí estudió las primeras letras y a los once años ingresó al liceo de hombres de Temuco donde conoció a Pablo Neruda, quien lo bautizaría más tarde como Juvencio Silencio. Sus primeras lecturas fueron autores clásicos españoles del Renacimiento y del Siglo de Oro, entre ellos Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Góngora, Quevedo y otros que marcarían su poesía.

A los 18 años viajó por primera vez a Santiago, dos años después regresó al sur y comenzó a escribir sus primeros poemas. En su primer libro, La flauta del hombre pan (1929), el poeta entregó una poesía descriptiva, con claros afanes de retratar la pureza del mundo paradisíaco y mitológico de los bosques del sur de Chile, lo que sería una constante en sus obras posteriores.

Tres años más tarde viajó a Santiago y publicó su segundo libro El tratado del bosque. La obra provocó diversas reacciones: un comentario de Alone y una crítica de Alfonso Reyes que dieron pie a una carta de Neruda a El Mercurio en su defensa, lo que demostró no sólo una solidaridad como poeta, sino también la amistad que los unió.
A partir de 1933, se radicó en Santiago, lo que marcó una nueva etapa en su vida y su obra; aquí comenzó una gran actividad bohemia con otros artistas de su generación. Cinco años más tarde viajó a España, como corresponsal de guerra, y envió sus impresiones a la revista Ercilla; luego, fue encarcelado por estar de lado de los republicanos.

De regreso a Chile, publicó su tercer libro Nimbo de piedra, (1941), con el que ganó el concurso organizado por la Municipalidad en homenaje al Cuarto Centenario de la fundación de Santiago, y posteriormente El hijo del guardabosque (1951).
En 1966 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura y realizó nuevos viajes, entre ellos a la URSS, invitado por la Unión de Escritores Soviéticos; también visitó los países socialistas de Europa y Cuba.

Max Jara (1886-1965)

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  • 1886-1965

Maximiliano Jara Troncoso nació el 21 de agosto de 1886, en Yerbas Buenas, localidad cercana a Linares. Su interés por la creación literaria se manifestó tempranamente y, en 1899, a los trece años de edad, publicó sus primeros versos en el diario El Deber, de la ciudad de Piduco. En 1901 viajó a Santiago en donde concluyó sus estudios secundarios e ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Abandonó esta carrera al tercer año para dedicarse a la literatura y a la vida bohemia.

En 1909, publicó su primer libro Juventud: poesía romántica, influenciado por la creación lírica de Pedro Antonio González, primo hermano de su padre. Sin embargo, su carácter sereno impregnó su poesía lo que lo distanció de los postulados del romanticismo irradiados por González.
Pese a la brevedad de su producción, la calidad de su obra fue reconocida ampliamente por la crítica nacional. En 1916 su labor poética fue recogida en la antología Selva lírica; y en 1956, un jurado compuesto por Eduardo Barrios y Pablo Neruda, entre otros, decidió otorgarle el Premio Nacional de Literatura.

Eduardo Barrios Hudtwalcker (1884-1963)

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  • 1884-1963

En 1915 marcó su ingreso definitivo a la literatura con la publicación de El niño que enloqueció de amor y su inicio como redactor de las revistas Pluma y Lápiz, Pacífico Magazine y Zig-Zag. Por entonces, también integró el grupo literario de Los Diez.

En los años siguientes publicó dos importantes novelas: Un perdido (1918), considerada por muchos la mejor obra de Barrios y El hermano asno (1922), libro voluminoso donde con gran maestría retrató la vida de los frailes franciscanos en el convento de San Francisco y sus aledaños.

En 1925, ingresó a la Biblioteca Nacional llegando pronto a ser su director. Luego asumió el cargo de Ministro de Educación. A la caída del gobierno de Carlos Ibáñez, renunció a sus cargos públicos para comenzar otra etapa, la de agricultor terrateniente, pero no descuidó la actividad literaria y continuó escribiendo en los diarios El Mercurio y La Nación, como lo había hecho hasta entonces. Si bien, en los años precedentes, Barrios siguió publicando con igual entusiasmo novelas y obras de teatro, no es hasta 1948 que uno de sus libros volvió a ser reconocido. Ese año vio la luz Gran señor y rajadiablos, sobresaliente narración sobre el campesinado chileno.

En 1946, recibió el Premio Nacional de Literatura y en 1949 el Premio Atenea que otorga la Universidad de Concepción. En 1953 fue incorporado a la Academia Chilena de la Lengua y fue designado Director de la Biblioteca Nacional.

María Carolina Geel (1913-1996)

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  • 1913-1996

Se presentó como novelista en 1946 al publicar El mundo dormido de Yenia, que tuvo una dividida recepción al igual que toda su posterior narrativa. De rasgos impresionistas, una de las características principales de sus novelas fue el tratamiento de la interioridad femenina a través de sus personajes. A su vez, las temáticas demostraron una postura de lucha por la libertad intelectual y social de la mujer.

Después de su primera publicación, escribió cuatro novelas más: Extraño estío (1947), un relato que llevó a la ficción la privacidad e introspección de una mujer adulta divorciada; Soñaba y amaba el adolescente Perces (1949); El pequeño arquitecto (1956) y Huída (1961). Posteriormente, dio un vuelco a su labor literaria al introducirse en una tarea poco desarrollada por las mujeres de su época: la crítica literaria. Se inició en este género con la publicación de Siete escritoras chilenas (1949), en la que demostró su perspicacia y aguda lectura. En este libro, María Carolina Geel buscó un compromiso con su propio género y con las escritoras contemporáneas al valorarlas como ningún crítico lo hizo antes. Desde aquel momento, trabajó con vehemencia en su quehacer ensayístico, centrándose principalmente en el análisis de la producción literaria de mujeres y de escritores no canónicos. Sus escritos los publicó con periodicidad en diarios y revistas, tales como El Mercurio, La Crónica, la revista Atenea y el semanario PEC (Política, Estudios y Cultura).

Uno de los intelectuales de la época que reconoció y alabó la calidad de los textos de María Carolina Geel fue Alone, su más fiel admirador. También se relacionó con otras escritoras de gran envergadura como Gabriela Mistral, Amanda Labarca y María Monvel, entre otras.

El 14 de abril de 1955, en un hecho confuso que sorprendió a la sociedad santiaguina, Geel disparó en contra de su amante, Roberto Pumarino, en el conocido Hotel Crillón. Condenada a tres años de presidio, redactó allí una de sus más importantes novelas, Cárcel de mujeres. Causando gran impresión en su época, esta novela descubrió un mundo infranqueable y oscuro; oscilante entre la escritura testimonial y la ficción, que legitimó la mirada femenina de ese espacio carcelario.

María Carolina Geel no cumplió la totalidad de su sentencia debido a la intervención de Gabriela Mistral, quien desde Nueva York, pidió el indulto presidencial para ella, el cual fue concedido por Carlos Ibáñez del Campo. Una vez en libertad, prosiguió su labor como crítica, no obstante desde un territorio más neutral y conservador.

Jorge Rojas (1911-1995)

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  • 1911-1955

Poeta colombiano que fue el animador y editor de los cuadernos de Piedra y Cielo, que dieron nombre al grupo poético por él fundado. Fue el primer director del Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura), y miembro de la Academia Colombiana de la Lengua.

Claudia Lars (1899-1974)

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  • 1899-1974

Fue una poeta salvadoreña. Su obra es considerada de un depurado lirismo y destaca por su dominio de la métrica.

Alberto Hidalgo Lobato (1897-1967)

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  • 1897-1967

Es uno de los más importantes poetas peruanos del siglo XX. Activista de la vanguardia desde primera hora, fue responsable de la primera antología de poesía vanguardista latinoamericana –publicada como Índice de la nueva poesía latinoamericana en 1926–, y firmada por Borges, Huidobro y el propio Hidalgo. A pesar de que su obra poética –iniciada con una Arenga lírica al emperador de Alemania, en el que se intuyen las campanas del futurismo– enlazó libros importantes –Simplismo, Química del espíritu, Actitud de los años, Espacio-tiempo, Patria completa– su reconocimiento como voz esencial de la poesía americana se resintió debido a su faceta como polemista. Autor de libelos y recopilaciones periodísticas en las que abundaba la virulencia contra nombres importantes, Alberto Hidalgo cosechó una muchedumbre de enemigos encantados de negarle el pan y la sal. A pesar de ello, llegó a optar al Premio Nobel de Literatura en candidatura defendida por Gabriela Mistral.

Rafael Heliodoro Valle (1891-1959)

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  • 1891-1959

Poeta, ensayista, periodista, historiador, diplomático y profesor universitario hondureño, nacido en Tegucigalpa el 3 de julio de 1891 y fallecido en Ciudad de México (México) en 1959. Autor de una fecunda y variada producción literaria, ensayística y periodística que le sitúa en los puestos cimeros de las letras hondureñas del siglo XX, sobresalió también por los servicios públicos que prestó a la Administración de su país, así como por su lucha activa en defensa de la educación, la integración y el desarrollo de todos los pueblos hispanoamericanos.

Eduardo Carranza Fernández (1913-1985)

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  • 1913-1985

Poeta colombiano, uno de los animadores del grupo "Piedra y Cielo", surgido en la década de 1930. Su niñez transcurrió en diversos pueblos del centro del país; la tierra de la infancia, edén perdido asociado a la imagen materna, es un tema recurrente en su poesía. En 1925 su familia se trasladó a Bogotá, donde obtuvo el título de maestro y trabajó como docente.
Fue agregado cultural de Colombia en Chile (1945-1947), donde se relacionó con Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Nicanor Parra; director de la Biblioteca Nacional de Colombia (1948-51) y consejero cultural de Colombia en España (1951-1958). Obtuvo el Premio Internacional de Poesía de Venezuela (1945), la Medalla de Honor de Cultura Hispánica y la Gran Cruz de Isabel la Católica. Desarrolló su labor docente como profesor de Literatura Hispánica en el Instituto Pedagógico de Chile.

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