Ingresó, en 1953, al entonces Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Siguiendo su vocación de historiador ingresó al programa de Licenciatura en Filosofía con mención de Historia, impartido paralelamente al que otorgaba el título profesional de Profesor de Estado, cuyos planes de estudios tenían la ventaja de ser individuales, posibilitando el desarrollo integral en las áreas que conformaban el centro de interés del postulante al grado académico.
En 1969 se integró, como Profesor de Historia de América, al cuerpo docente del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile y en 1970 regresó a la Universidad de California, gracias a una beca de la Fundación Fulbrigth, para proseguir su perfeccionamiento en el campo de la Historia Latinoamericana.