Conocido como «El Obispo de los Pobres», fue un sacerdote y obispo católico chileno.
Su inquietud misionera y su amor a los pobres lo llevó a iniciar Comunidades Cristianas en barrios de la periferia de Santiago, junto con los seminaristas. En 1961 es nombrado Vicario General de Santiago, con el especial encargo de pastorear los sectores populares de la Arquidiócesis. Desde ese servicio dirige la primera Misión General de Santiago (1963), con un novedoso estilo marcado por el Concilio que impactó el modo de hacer pastoral en la Arquidiócesis.
El 21 de abril de 1963 es consagrado Obispo en la basílica de Nuestra Señora de Lourdes y elige como lema “El Señor me envió a evangelizar a los pobres”. Ejerció su ministerio episcopal como Auxiliar de Talca (1963-1965), como Obispo de San Felipe (1965-1974) y luego como Auxiliar de Santiago (1974-1982).
Sus hermanos obispos lo eligieron para ocupar puestos claves en los organismos creados para impulsar la renovación de la Iglesia Chilena a partir de los documentos del Concilio Vaticano II.
Su preocupación permanente fue poner el Evangelio en el corazón de los hechos cambiantes de la historia, desde un amor preferencial por los pobres: los obreros, los campesinos, los pobladores, los cesantes, las víctimas de las violaciones de los derechos humanos, sin descuidar la atención y la visita a las personas, cualesquiera fuera su condición social.