Fue un escritor fecundo que exploró distintos géneros literarios como novela, poesía, cuento, ensayo y crónicas periodísticas.
Su primer libro de poemas fue El pescador de estrellas, publicado junto al poeta Alejandro Gutiérrez, en 1926. En esa misma época, comenzó su labor como periodista en el diario El Mercurio, que continuó posteriormente como corresponsal en el extranjero, entre 1934 y 1937.
En un comienzo, sus obras tendían a ir de lo real a lo fantástico, superando el costumbrismo e inspirándose en mitos y realidades lejanas. Esta tendencia, compartida por autores como Salvador Reyes y Augusto D'Halmar entre otros, fue llamada por Hernán Díaz Arrieta como imaginismo.
Destacado personaje público, desempeñó cargos diplomáticos como cónsul de Chile en México, entre 1940 y 1946, y en Nueva York, entre 1946 y 1949; y como embajador en Suecia y otros países escadinavos entre 1970 y 1973.